Los cocineros del blog playingwithfireandwater cambiaron su perspectiva y trataron la misma idea pero con pino en vez de con romero. Algo también muy raro, pero no era romerazo puro.
Claro, leemos esto y decimos "¡pero que c**o!, ¡esto hay que probarlo!". Bien es verdad que el sabor final no es una maravilla, más bien, extraño. Dentro de las posibilidades de tratar éste azúcar nos decantamos por la misma que los del blog, realizar un merengue partiendo de ese azúcar. El resultado es un merengue que rasca cuando pasa por la garganta pero que si lo quemas el sabor se intensifica y se vuelve ligero y agradable.
Era una opción, también se pueden hacer bizcochos, aromatizar vinagretas, etc.
El merengue es una elaboración muy simple, la misma cantidad de claras que de azúcar. No es una elaboración estrepitosa ni mucho menos, pero es una buena forma de poner a prueba nuestro nuevo azúcar verde.
Cogemos las hojas de pino del vecino y las lavamos en agua con un poco de lejía alimentaria, la lejía podéis comprarla en cualquier super. Las bolitas del pino se las quitamos ya que contiene un aceite de "nosequeleches" que es nocivo en dosis elevadas, por si acaso, lo quitamos
Secamos bien las hojas de pino y las introducimos en la thermomix. Por cada 100gr de hojas de pino añadir 200gr de azúcar
Triturar hasta convertirla en polvo
Pasar por un colador chino y a continuación por un colador fino o tamizador
Removiendo con la mano pasa más rápido, pero claro, luego se queda de una forma un poco siniestra
La reservamos en un sitio cálido y seco, lejos de la humedad. O con gel de silice
Montamos la misma cantidad de claras que de azúcar hasta que esté bien montada
Poco a poco, agregamos el azúcar sin dejar de emulsionar
Cuando esté a punto de nieve sacar de la máquina y guardarla en el frigorífico hasta su uso
Con cuidado, quemamos con un soplete sin quemar demasiado. La flor de cerezo es opcional pero aprovechando ésta magnífica temporada hay que hacer uso.
No está mal, ¿a que no?, hemos acompañado esta elaboración con un coulant de canela con interior de chocolate 70%. Se camuflaba el merengue en el coulant pero era divertido decir a la gente que en el postre había una parte del pino que han tenido que cruzar para entrar al restaurante.
“Siempre digo a mis jóvenes alumnos que para llegar a ser un gran cocinero nunca hay que dejar de aprender”
Qu Hao
Qu Hao