Un lunes, es amargo para muchos y un punto de vista para otros. Para nosotros es de motivación porque ponemos a prueba todo lo que llevamos pensando desde el jueves anterior.
Lo bueno que tenemos los cocineros es que comemos cuando queremos, lo que queremos y lo mejor y más maravilloso, como a nosotros nos gusta.
Pensando en esto y para coger fuerza decidí hacerme unos huevos fritos con chorizo, GRACIAS TIERRA QUERIDA POR OFRECERNOS ESTOS DONES!! y es que este desayuno gusta a todo el mundo. Después de freír el chorizo y empezar a desprender su maravilloso olor, atrajimos la curiosidad de nuestro profesor que nos dijo que pensáramos algo para el aperitivo del día .. y ya puestos a diseñar algún aperitivo para el restaurante se me ocurrió una idea: como el chorizo estaba un poco duro que podría pasar si introducimos este desayuno triturado y colado en el sifón y producir una espuma.
después de esta idea nos quedamos sin desayuno...
Usamos claras cuajadas y las yemas muy poco hechas ya que son emulsionantes naturales (lecitina de la yema, albumina de la clara) Pero para triturar el conjunto, nos ayudamos de nata que pasa desapercibido y además su grasa nos puede ayudar a estabilizar la emulsión. Solo falta sazonar y colar por un colador fino, digo fino porque si hay partículas gruesas el sifón se puede atascar y puede fastidiarnos el asunto teniendo que sacar todo colar otra vez y perder una carga!.
Teníamos una espuma con el sabor del desayuno y tan solo nos queda el acompañante perfecto, después de pensar en técnicas complejas, ingredientes inverosímiles y combinaciones imposibles... Nos vino la inspiración en forma de olor, atravesando toda la cocina, ese olor a pan recién hecho que levanta el hambre a cualquier mortal... así que usamos el pan que estaba en la pastelería cociéndose. Un pan hecho con masa madre como dios manda y como nos enseñan a hacerlo en la escuela. Lógicamente habiendo llegado hasta aquí, teníamos que darle alguna importancia al pan y como todavía faltaban dos horas para el servicio formamos unos cuadraditos de pan, los tostamos a 150ºC con un poco de AOVE, tomillo, romero, lavanda todo fresco que tenemos en nuestro mini huerto(esencias campestre). Este tono crocante no solo va a crear textura, sino va a ser TU toque puesto que las especias es lo más personal para un cocinero.
Finalmente, nos queda el color y la presentación un poco floja así que armonizaremos con pimentón dulce por encima de la espuma recordándonos y destacando el sabor del chorizo.
Fácil, sencillo y muy creativo para poner de tapa en un restaurante. El sifón se mantiene caliente al baño maría, el pan templado se conserva encima del horno y la sensación en boca no tiene precio y menos coste para el bolsillo del restaurante.
“Nada puede causar mayor placer a los ricos de hoy, que comer como los pobres de antaño” Michel Charasse (Ex ministro de Francia)
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